

Hoy en día, el cáncer de Jose Espinoza sigue controlado.
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Cuando los médicos le dijeron a José Espinoza que tenía cáncer de próstata en estadio IV que se extendía a sus huesos, se negó a verlo como su final. En cambio, decidió enfrentarlo con la fuerza de su fe, el apoyo de su familia y la experiencia de su equipo médico en el Centro Oncológico de la Universidad de Loma Linda.
Espinoza es un hombre que ama las cosas sencillas de la vida, como cuidar su jardín, atender a sus gallinas y perros, acampar con su familia y bailar en las fiestas. Durante años se preocupó por cuidar su salud y se hacía chequeos médicos regularmente.
En marzo de 2022, un análisis rutinario del antígeno prostático específico (PSA por sus siglas en inglés) detectó un aumento en los niveles. Meses más tarde, el dolor de espalda que antes consideraba normal por su trabajo como arbolista, que exigía un gran esfuerzo físico, se volvió intenso e insoportable.
“Solo pude mover mis ojos,” recuerda Espinoza. “Era la única parte de mi cuerpo que podía mover. Era un dolor que no le deseo a nadie.”
En noviembre de 2022, fue hospitalizado en el Centro Médico de la Universidad de Loma Linda, donde le diagnosticaron cáncer de próstata metastásico en estadio IV.
Una lucha con una sola oportunidad
El oncólogo médico John Shin, MD, del Centro Oncológico de la Universidad de Loma Linda, recuerda la primera vez que conoció a José.
“Nunca olvidaré el día en que lo conocí,” dice Shin. “Llegó en silla de ruedas con un tanque de oxígeno y parecía que tenía un pie en la tumba.”
El cáncer estaba tan avanzado que Espinoza solo tenía una oportunidad de responder al tratamiento. Junto con su equipo médico, decidió comenzar un tratamiento agresivo de quimioterapia combinado con terapia hormonal.
La respuesta de Espinoza fue notable. En unos meses, ya no necesitaba el tanque de oxígeno, cambió la silla de ruedas por caminar, subió de peso y, lo más importante, vio cómo bajaban sus niveles de PSA.

José Espinoza, en oración delante del Centro Médico de LLU, decidió afrontar su diagnóstico de cáncer con la fuerza de su fe, el apoyo de su familia y la experiencia del equipo médico.
Fe y familia
Después de unos meses de tratamiento, llegó su cumpleaños, y fue uno de los más memorables de su vida.
“Vi a mi familia, que no había visto en mucho tiempo,” dijo Espinoza. “Vinieron pensando que iba a ser mi último cumpleaños, pero yo estaba seguro de que no sería así.”
Tenía razón. Después de completar el tratamiento, su PSA bajó a cero, y tocó la campana de celebración en el Centro Oncológico, y se fue llorando de alegría.
El cáncer regresa
Casi un año después, sin embargo, los niveles de José comenzaron a subir nuevamente. El cáncer se había adaptado y se hecho resistente al tratamiento.
Su lucha no había terminado. El equipo médico de Espinoza le presentó la teranóstica, un tratamiento revolucionario que sólo se ofrece en la región en el Centro Oncológico. Esta terapia de medicina nuclear dirigida utiliza un medicamento radiactivo que se administra de manera intravenosa para localizar y atacar las células cancerosas con precisión.
“Este tratamiento fue una bendición para él,” afirmó Eric Peters, MD, médico radiólogo del Centro Oncológico. “Realmente no había ningún otro tratamiento disponible que fuera posiblemente válido, aparte de volver a intentar algo que no había funcionado con efectividad antes.”
En solo seis sesiones, el PSA de Espinoza volvió a bajar casi a cero.
Más que medicina
Aunque el tratamiento innovador ayudó a salvarle la vida, Espinoza dice que su fe y su familia le dieron la fuerza para sobrevivir.
“Para mí, una casa llena durante las fiestas familiares era mejor que cualquier sesión de quimioterapia,” dijo. “Eso fue lo que me dio vida.”
También da las gracias a su equipo médico no solo por su experiencia médica, sino también por su compasión y humanidad. Sus médicos siempre oraban por él y le pedían por su esposa e hijos.
“Eso me lleno el corazón cada vez,” dijo Espinoza.

En conversación con el Dr. John Shin, Espinoza reflexiona acerca de cómo un tratamiento innovador y una atención compasiva le ayudaron a sobrevivir a un cáncer de próstata avanzado.
Un consejo para la vida
Hoy en día, el cáncer de Espinoza sigue controlado. Pasa los días dedicándose a la jardinería, caminando y disfrutando la naturaleza, negándose a dejar que el cáncer lo defina. Su consejo para los demás es sencillo pero poderoso.
“Hay que cambiar los hábitos, especialmente los alimentos. Pero, sobre todo, hay que buscar la paz interior. La paz espiritual es muy, muy importante. Es fundamental.”
El apoyo está aquí
El cáncer de próstata raramente muestra síntomas en las primeras fases, y las pruebas de detección tempranas siguen siendo la forma más eficaz de detectarlo antes de que se extienda y se vuelva incurable.
Los expertos de la Loma Linda University Health se dedican a ofrecer una atención compasiva, integral y personalizada durante todo el proceso de detección del cáncer de próstata. Pida una cita hoy mismo para una prueba de detección de cáncer de próstata para usted o un familiar.